El impactante prototipo, con una carrocería aerodinámica, reflejaba en 1935 el estilo único y la competencia técnica de los ingenieros checos.
El aerodinámico prototipo causó sensación el día de su estreno mundial, durante el Salón del Automóvil de Praga de 1935. Sus formas estéticas y aerodinámicamente optimizadas llamaron la atención del público, al igual que las inusuales características técnicas del vehículo. La berlina coupé es ahora una de las piezas más destacadas de la colección del Museo ŠKODA, situado en la sede de la compañía.
Con él se creó una impresión futurista, elegante, rápida y única. Los diseñadores combinaron en este modelo único soluciones técnicamente avanzadas y poco convencionales. Cuando diseñaban la espectacular carrocería aerodinámica, por ejemplo, aplicaron los últimos hallazgos de la ciencia de flujos (una tendencia de diseño que empezó a influenciar en el diseño del automóvil en ese momento).
Gracias a su sofisticada aerodinámica, el prototipo logró un coeficiente de arrastre excepcionalmente bajo en 1935. La experiencia que los ingenieros obtuvieron en este ámbito con el 935 DYNAMIC se incorporó en el diseño de los modelos de serie que llegaron poco después, como el Škoda Popular Monte Carlo de 1936, o del Škoda Rapid 1500 OHV, presentado en 1939.
Sin embargo, hay otro motivo por el que el Škoda 935 Dynamic sigue siendo, incluso hoy, uno de los modelos más emblemáticos para los fans y es que los diseñadores rebajaron el centro de gravedad del vehículo, lo que tuvo un efecto positivo en el rendimiento durante la conducción. El motor entrega 40 kW (55 CV) de potencia y acelera el 935 Dynamic a velocidades de hasta 130 km/h. Otra característica innovadora es la caja de cambios de cuatro velocidades permite cambiar las marchas de forma semiautomática con el preselector.
La construcción, el diseño del Škoda 935 Dynamic y los conocimientos obtenidos durante su desarrollo animaron a la marca a participar en el Rally de Montecarlo de 1937 con una versión modificada y más compacta. En 1939 el vehículo se trasladó al stock de coches usados de Škoda, donde se perdió su rastro.
Sin embargo, la historia del único Škoda 935 Dynamic jamás construido es de sobra conocida: Škoda vendió el vehículo como coche de segunda mano a un comprador privado en 1939, y volvió a adquirirlo del mismo individuo durante los años 60. Era la época en la que la marca empezaba a reunir su colección de vehículos históricos. Hace tres años, el taller del museo completó el meticuloso proceso de restauración de este vehículo único, que ha sido desde entonces una de las piezas más destacadas del Museo Škoda.