Es posible que tengamos que despedirnos.
Con la pandemia de coronavirus que detiene la industria automotriz, habrá algunas repercusiones en el mundo del automóvil. Las ventas están inevitablemente bajas, los trabajos se están reduciendo y algunas compañías de automóviles podrían incluso cerrar. Según Reuters, la pandemia podría provocar el cierre de uno de los principales fabricantes de automóviles de Francia como es Renault.
Renault y Nissan, que han estado en una alianza de fabricación de automóviles durante las últimas dos décadas, harán un anuncio pronto sobre el futuro de Renault.
Para ayudar a la situación financiera de Renault durante la crisis, el ministro de finanzas francés, Bruno Le Maire, está considerando otorgarle al fabricante de automóviles francés un préstamo de 5 mil millones de euros, pero advirtió que el futuro de la compañía parece complicado. Así pues dijo en la radio “Sí, Renault podría desaparecer”.
Le Maire agregó que la planta de Renault en Flins, París, donde se fabrican el Renault Zoe y el Nissan Micra, no debe cerrar y la empresa debería poder mantener tantos trabajos como sea posible en Francia, ya que la planta emplea a unas 2.640 personas. Sin embargo, también cree que el fabricante de automóviles francés necesita adaptarse y ser competitivo. Actualmente, Renault tiene 40 plantas y 13 sitios de logística en 16 países. Nissan también está considerando realizar 20.000 recortes de empleos (alrededor del 15% de su fuerza laboral global) como parte de un plan de reestructuración.
Un informe anterior de un periódico francés también afirma que Renault está considerando cerrar cuatro plantas en Francia, incluida la fábrica Alpine en Dieppe.
Si esto sucede, el ligero automóvil deportivo Alpine A110 sería desechado solo tres años después de su entrada en producción. También significaría decir adiós al Renault Megane RS Trophy-R , que estableció un récord de vuelta en Nurburgring FWD año pasado.
Incluso antes de la pandemia del coronavirus, Renault ha sufrido reveses financieros. En febrero, Renault sufrió su primera pérdida financiera en diez años, lo que obligó a la compañía a reducir sus gastos en 2 mil millones de euros en los próximos tres años.